La cerveza de los Incas dice ser. Olor muy fresco, de suave malta. Tono dorado, o ámbar tirando a claro. Apenas me ha generado espuma han volcarla al vaso y el olor es muy suave.
Primer sorbo: rápidamente amargo, y fresco. Pero con un amargor, al principio como muy dulce, si es que puede ser eso, debe ser cosa de la “malta caramelo” que dicen, en su web, que utilizan para su elaboración. Destaca ese amargor final. La malta es muy breve. El amargor final en seguida se tensa, en seguida surge, casi, ya desde que entra el líquido en la boca.
Deja un regusto bastante seco. Según reza su web, contiene lúpulo saaz. Y un eco un tanto áspero, que digamos. Eso sí, es un matiz que no perdura apenas. La malta no acaba de despertar, o de ser clara. Y el amargor final, con los tragos, tienden a suavizarse Aunque sí se podría notar cierto perfil al saaz (lo digo porque me recuerda al amargor de la Buvar).
El trago, en general, comienza siendo dulce, y en seguida recae en un amargor liviano, que podríamos decir que es agradable, por lo menos al principio. Se va bebiendo, aunque no muy rápidamente. El tono del trago, en general, no deja de resultarme como un tanto anodino, aunque refrescante.
Último trago: aguado, con cierto dulzor y amargor intensificados. Amargor final un poco más tenso. En definitiva, creo que es una cerveza decente. Esa mezcla de cuatro maltas resulta un tanto sombría, y parece enfocarse con prioridad al dulzor; y el amargor, si bien pueda ser saaz, y en cierto momento resulta agradable, luego se vuelve bastante vaporoso, dejando un regusto más bien áspero. Como bien indican en la web, debe de beberse muy fría, y quizá así, se disfrute bastante más. Me remito tanto a la web, porque en la etiqueta de la botella no se indica nada respecto a sus ingredientes. Una cerveza que se deja beber, ideal si es fría para días calurosos.
[26 de Enero del 2008]