Aunque ya hace unos años que dejé de hacer notas de cervezas, se me quedaron en el tintero varias que no llegué a publicar en este blog. He decidido poco a poco ir dándoles su finalidad, y serán pues las últimas publicaciones de este sitio.

Gracias a todos aquellos que me enseñaron a disfrutar de la cerveza, aprendí muchísimo leyendo vuestros blogs y vuestros comentarios. Gracias a todo aquél que se animó a leer estos apuntes de aficionado.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El primer sorbo.

¡Oh, la cerveza! Ese zumo inmemorial y vetusto, elaborado con lúpulo, malta de cereal, agua, levadura... principalmente.

Me propuse, no sólo gustar de una cerveza; quise esforzarme en dejarlo por escrito. Y descubrí que, de esta manera, se aprecian muchos matices de una cerveza. O por lo menos, se repara en ellos.

No es asunto fácil encontrar la palabra adecuada para nombrar un sabor o una impresión gustativa. Así es que las primeras cervezas que intenté describir caen en mucha repetición de adjetivos.

He de avisar que he reconocido una sucesión de fases a tener en cuenta a la hora de tomar una cerveza. Primero el olor, que es lo que antes llega, nada más abrir la botella o la lata -según los casos. Segundo, una vez volcada en el recipiente que usemos (jarra, vaso, etc), el color, y la espuma. El tono y la intensidad del color; y la homogeneidad y consistencia de la espuma. Luego llega el momento mágico del primer sorbo. Sentir el cuerpo de la malta y el amargor del lúpulo. Cuarto, los demás sorbos, donde no es mala cosa pasear por los recovecos de la boca el líquido, para descubrir matices en el tono de su sabor. También me fijé en que la cerveza produce un picor en la punta de la lengua. Algunas más, o otras menos. Esto lo valoro dejando el líquido, nada más entra en la boca, en la parte delantera de ésta, y sumergiendo en esa burbuja líquida, la punta de dicho músculo. Finalmente, el último trago, en las que algunas cervezas logran mantener toda su viveza, otras se despiden con un amargor más intenso, y otras producen una sensación de haberse aguado. Estos son, por lo general, los pasos que sigo en las descripciones.

No somos catadores. Ni siquiera experimentados bebedores, ni tenemos un paladar excepcional. Pero sí, cuanto menos, tenemos un interés en el saborear como se merece una cerveza, y ello nos ha llevado a considerar las diferentes características que cada marca, cada tipo, de cerveza tiene.

Es decir, este blog nace de nuestra ilusión por disfrutar más y mejor de la cerveza. Exponer nuestra opinión, nuestra subjetiva cata, es un ejercicio que nos ayuda, primero a reconocer lo que bebemos, segundo a tener la posibilidad de conocer otras opiniones -que aunque más o menos expertas no dejan de ser personales- cosa enriquecedora, y de la que seguro que se aprende.

Remarcar lo dicho, cada entrada es la descripción inexperta y subjetiva de una cerveza gustada.

De animarse -¡anímate!- a plasmar un comentario, rogamos educación y buena ortografía. Las cervezas que iremos comentando son de venta usual en los supermercados o grandes superficies de España. Es más, seguramente, dado nuestro modesto bolsillo, muchas de las que comentemos vendrán en lata -cerveza de a pie.

No creo que sea muy frecuente nuestra actualización, pues no bebemos cerveza todos los días, más bien algún fin de semana. Auguro un ritmo de un par de entradas al mes, cuanto menos. Subo un par de redacciones (las primerizas), para poner esto ya en marcha.

Uso el plural porque confío en que mi amigo Varislav se una a este blog, y aporte su opinión y sus degustaciones.

Saludos


PD: Acabo de descubrir, con alegría, hoy mismo, diversos blogs dedicados a una actividad como la que nos proponemos. Los enlazo en la columna de la derecha.

3 comentarios:

Pablo Franco dijo...

Me ha encantado este texto. Como tu bien dices no somos expertos ni catadores profesionales pero también tenemos derecho a degustar lo mejor posible algo tan sano y sabroso como una cerveza.

Saludos RJ.

Jasco dijo...

¡Di que sí! La cerveza puede ser una buena experiencia para el que quiera tenerla un poco más en cuenta (no como una mera bebida para mantener o alcanzar un punto de inhibición... que, a veces, también). A fin de cuentas, esto de degustar es asunto de uno mismo y la cerveza -aunque pueda acompañarse de excelente compañía. Y es altamente disfrutable.

Un saludo Frankeinas!

RJ

Baladre dijo...

Cada vez que se carga la imagen de arriba del blog me entran ganas de beber una doble malta de un litro!

Espero que este templo del zumo inmemorial de lúpulo y cereales nos deleite con grandes experiencias sensitivas. Un saludo!